Cómo hablar en público sin ponerse nervioso.
Te mostramos algunas técnicas que te ayudaran a resolver este problema tan habitual en los networking.
Hablar en público. ¿Es realmente tan importante?
Todo el mundo relaciona erróneamente el concepto de hablar en público con un escenario, un atril y un aforo lleno de público. Sin embargo, la capacidad de comunicar aquello que queremos decir de una manera eficiente es algo que ocurre a diario en infinidad de situaciones, como por ejemplo en las reuniones de networking de BNI, donde los socios tienen la oportunidad de dar a conocer su negocio a una red de contactos de calidad y confianza, que le generarán recomendaciones que con un poco de habilidad y siendo un buen profesional podrán convertir en ventas y beneficios.
¿Vamos allá?
Veamos algunos ejemplos donde será necesario ser un buen comunicador y por qué:
Internamente con empleados
A medida que tu negocio vaya creciendo, la cantidad de trabajadores en tu empresa será mayor y será necesario comunicarte con ellos en diferentes situaciones como son procesos de selección, reuniones, eventos internos, comunicaciones etc. Tener adquirida esta habilidad te permitirá llegar de forma clara y directa, sin dar lugar a malentendidos, dobles sentidos, o titubeos que tan dañinos son para las organizaciones.
Clientes
Esta capacidad es más importante si cabe fuera de tu empresa, donde tendrás que presentar tu negocio o producto a posibles proveedores, socios o clientes. Estos estarán siempre comparándote con posibles competidores, lo que acentúa más la necesidad de tener buenas habilidades que te permitan destacar frente a otros.
Búsqueda de financiación o inversores
La claridad y seguridad a la hora de contar tu proyecto, sus metas y sus beneficios, te hacen llegar al interlocutor de forma más directa, aportando la información de manera ordenada, estructurada y metódica para una correcta comprensión.
Asistencia a ferias o congresos
En ambientes cargados de estímulos como son este tipo de eventos llegar de una manera clara, directa y en poco tiempo a los interlocutores que nos interesan nos hace tener una ventaja competitiva sobre el resto de asistentes.
Comida de negocios
Tener una buena oratoria, amena, afable, dinámica y ocurrente te hará capaz de reconducir conversaciones hasta tu portería para poder vender tu negocio sin necesidad de crear situaciones forzadas ni resultar insistente.
Es por ello, que sin la necesidad de ser un gran orador, hay que tener buenas capacidades a la hora de hablar en público, tanto para pequeños como para grandes auditorios, ayudándote esta capacidad a alcanzar los objetivos que tengas marcados.
¿Te damos la buena noticia?
Que a hablar en público se aprende, como hacen los grandes networkers, es una habilidad que se entrena, y con la práctica irás cogiendo confianza y te sentirás cada vez más cómodo dominando este tipo de situaciones y viendo además como convierten en tu cuenta de resultados.
Te dejamos algunos consejos:
– Si te sientes algo nervioso antes de empezar haz cinco respiraciones profundas inspirando por la nariz y soltando el aire lentamente por la boca. Te ayudarán a soltar tensión, estar más oxigenado y pensar con más claridad.
– Quédate con tres ideas claves y fáciles de recordar, y refuérzalas durante todo el discurso; “menos es más”, y es mejor que tu interlocutor se quede con poco pero bueno y fundamental sobre tu negocio.
– Sé natural, mira a los ojos, y habla con confianza. La actitud mientras hablas forma parte del propio discurso y lo sustenta.
– Practica! Cuanto más lo hagas más soltura tendrás. Aprovecha cualquier pequeña oportunidad para exponerte a la situación. Si te impone empieza haciéndolo ante personas conocidas, luego ante grupos pequeños… y ve poco a poco aumentando la dificultad.
– Modula tu voz. Haz cambios de tono, subidas y bajadas de volumen, silencios en partes clave… de este modo será dinámico y tenderá a enganchar a tu interlocutor.
– Cuenta historias. A todos nos encantan las historias, los cuentos, sobre todo si son positivos, con finales felices, y emocionales, que apelen a nuestros sentimientos y nos toquen el corazoncito. Por eso atrévete a personificar tus servicios, mostrar como resuelven problemas reales de personas reales, cuenta casos de éxito… Si tu público se ve reflejado tenderá a empatizar con mayor facilidad y a recordarte por la huella que en ellos dejaste.